lunes, 16 de abril de 2018

"Aprender a decir BASTA" por Ainhoa Talavera Limón


Cuando ya por fin fui a decir lo que soy, lo que me gusta, vinieron hipócritas, homófobos… gente que me frenó y no quise decir lo que era; gente que por no gustarme nadie ya me calificaban o como me gustaban las chicas y no los chicos, me ponían una etiqueta que quería romper... ¿Tiene gracia, no? No respondáis a la pregunta, era retórica; todo duele cuando dicen que donde hay un principio hay un final; eso es la vida y la muerte, pero hay gente como yo que andamos en un bucle donde la salida es inexistente o simplemente nosotros mismos la creamos; para el que no me entienda estoy diciendo que o vivimos sufriendo o simplemente al estar solos ya usamos la opción de cruzar al otro lado para ver la luz y no la oscuridad.
Un día me digné a decir lo que soy, a no dejar que me pisaran, ahí me di cuenta de algo; los que pensé que me apoyarían se alejaron de mí ya sea por miedo o asco. Me di cuenta de que hay tantos homófobos y homófobas que casi exploto. Mi familia me echó de casa, ¿alguna vez se enterarán de algo? Pues no, quien nace homófobo fallece igual; una persona no cambia del todo.
A mí nunca me pegaron, solo me llegaron insultos que son más duros que unos golpes; en sí era acosada durante años por tener otro gusto diferente a los demás. Por favor, gente, no seamos egoístas y aceptemos la realidad: las personas pueden tener otros gustos; hay mucha gente, no creas que hay poca. Además no debemos tener miedo al rechazo; primero, te tienes que aceptar a ti mismo o misma para que la gente te acepte a ti. No dejes que te pongan etiquetas y di que es lo piensas, di todo, no dejes nada atrás; si luchamos juntos, esto de alguna u otra forma tendrá que acabar.
A mí desde que era pequeña los que se hacían llamar padres me enseñaron que me tenían que gustar los chicos, las muñecas, el rosa… pero ahí entramos en otro tema. Lo que yo intento decir es que tenemos que enseñar a todo el mundo de otra manera porque ,al fin y al cabo, el mundo será una bola de papel que irá a cualquier contenedor y si aprendiéramos a decir basta, todo sería más sencillo, sin complicaciones, pero eso no existe; siempre hay que luchar por lo que se quiere hasta obtenerlo y luchar por lo que tenemos para no perderlo.